Otra nueva ocasión para retomar la democracia

DURANTE el mes de mayo de este año 2015 tenemos una nueva ocasión para encauzar nuestra joven democracia. Verdaderamente es un desasosiego permanente al que nos vemos impelidos desde hace unos años, consecuencia de los incesantes y escandalosos casos de corrupción pública y privada, así como de los efectos irreversibles que están teniendo sobre nuestra frágil sociedad. No hay día que pase que no conozcamos un nuevo abuso, dolo, estafa o agresión injustificada, procedente de las personas y autoridades que deberían ser un modelo a seguir con su ejemplo, prudencia, moderación y talla humana. Es como si el virus de la estupidez, la arrogancia y la necedad camparan a sus anchas, impregnando hasta las entretelas más recónditas de nuestra sociedad. Aunque quizás sea un fenómeno sistémico, cuya implosión, no por ser previsible e inevitable, es necesaria para un futuro renacer más triunfante y afortunado.

          Pero ahora llegan tiempos de reflexión y de renovar esperanzas. Hemos de ejercer nuestra voluntad democrática y procurar, con decisión inflexible, el cambio de rumbo. Seamos resueltos y abandonemos nuestro itinerario hacia la necedad, hacia el país de los bobos.